miércoles, 10 de julio de 2013

Misterioso asesinato en Ginebra, o "La verdad sobre el caso Harry Quebert"

Lo cierto es que Joël Dicker (Suiza, 1985) ha pasado del anonimato al éxito de una forma fulgurante, tanto que a buen seguro en su ciudad natal, Ginebra, no creo que se hable de otra cosa. Y es que, la segunda novela de Dicker, La verdad sobre el caso Harry Quebert (Alfaguara, 2013) o en su título original francés, La Vérité sur l’affaire Harry Quebert ha ganado tres grandes premios literarios, entre los que destaca el premio de la Académie franÇaise.


Incluso, en la feria del libro de Frankfurt, el año pasado, fue un éxito, llegando a ser comparado con la serie de Steig Larsson, Millennium, además Joël Dicker es joven, guapo y consiguió expulsar del primer puesto de las listas de ventas de Amazon.fr a Cincuentas sobras de Grey casi sin despeinarse, y a día de hoy, continúa en el primer puesto del sitio, peleando de forma digna con otro gigante como es Inferno de Dan Brown.


Joël Dicker


Pero hay algo que sorprende, y es el hecho de que un asesinato situado en New York y en el Noreste Americano no haya sido publicado por ninguna editorial americana tras casi dos años después de su publicación en Francia.

La verdad sobre el caso Harry Quebert es una novela policíaca clásica con aspiraciones literarias. El protagonista de la novela, Marcus Goldman, es un joven escritor de éxito con un problema de bloqueo del escritor en los meses siguientes a la elección de Obama en 2008. Cuando el mentor de Goldman, un novelista y colega profesor llamado Harry Quebert, es acusado de asesinar a la adolescente Nola Kellergan hace más de 30 años, Goldman, convencido de la inocencia de Quebert, decide investigar el caso.

En la ciudad de New Hampshire, donde Quebert vive, Goldman recopila entrevistas, fotos, y archivos de periódicos en un intento de reconstruir las horas finales de Nora en un oscuro bosque junto al océano. A lo largo del camino, el agente literario de Goldman, le convence para que escriba un libro sobre el caso, a lo que finalmente accede. Goldman cura de forma sorprendente su bloqueo del escritor mientras escribe este libro, pero lo hace a expensas de Quebert.

Básicamente, éste es el argumento del libro Laverdad sobre el caso Harry Quebert, donde el primer tercio del libro presenta una mirada al lado más oscuro y competitivo del mundo editorial de New York. Tras conseguir un best-seller, Goldman comprende rápidamente que el mundo del escritor es más un negocio que un arte en sí. El llamado Bloqueo del Escritor comienza a manifestarse cuando seis meses después de que su libro se publique, Goldman comienza a notar que “el correo de los fans se vuelve cada vez más escaso y  que la gente se acerca menos por la calle. Pronto, aquellos  que me reconocían comenzaron a preguntarme, “Sr Goldman, ¿sobre qué tratará su próximo libro? Y ¿Cuándo saldrá a la venta?”” lo que le va generando estrés, a lo que se suma que cuando Goldman acude a su agente y editor sin haber escrito más que una página de nuevo material le replica que les está “haciendo perder dinero” y le da a Goldman seis meses para escribir un nuevo libro o que se olvide de su contrato por cinco libros, metiendo más presión a su bloqueo.

Según se intensifica la presión para Goldman por producir, Laverdad sobre el caso Harry Quebert  gira hacia un thriller con tintes de novela negra, llevando al lector a través de la tortuosa investigación de la muerte de Nola. Al poco tiempo, las ambiciones literarias de Goldman (y las de Dicker) comienzan a mezclarse con la investigación. Cuando Goldman consigue su primer gran avance en la investigación y descubre un romance ilícito entre Quebert y Nola, la historia se convierte en una novela dentro de otra novela. De repente, nos encontramos leyendo extractos del más famoso trabajo de ficción de Quebert, “Los orígenes del Mal”, mostrados a través de flashbacks cargado de referencias literarias de la literatura americana.

Con su aspecto de niña y de maneras provocativas, Nola es un obvio sustituto de Lolita, mientras que Quebert ejerce de un triste y oprimido Humbert. Hay escenas de boxeo entre Goldman y Quebert inspiradas en Norman Mailer, y la historia se desarrolla en una ciudad universitaria que recuerda a la mostrada en La mancha humana, de Philip Roth.


La Lolita de Nabokov en su adaptación al cine


Gran parte de La verdad sobre el caso Harry Quebert se sitúa en una cafetería y la novela tiende a tomarse las representaciones de Edward Hopper del estilo de vida americano demasiado en serio, hasta tal punto, que incluso la portada del libro viene ilustrada con una cafetería de Hopper. Esto lo confirma el propio Goldman en las reflexiones sobre su infancia, donde parece que Dicker está tratando de empaquetar el estilo de vida americano de un pequeño pueblo para el consumo europeo.

“Expliqué que nací a finales de los años 70 en Newark, de una madre que trabajó en un gran almacén y de un padre ingeniero. Una familia de clase media, buenos americanos. Hijo único. La niñez y la adolescencia fueron tiempos felices a pesar de una inteligencia superior a la media. Secundaria en Felton y fan de los Gigantes. Apoyos a los catorce años. Vacaciones en casa de mi tía en Ohio. Abuelos en Florida, por el sol y las naranjas. Fue muy normal. Ni alergias, ni grandes enfermedades que declarar. Comí pollo en mal estado durante un campamento de los Boy Scout a la edad de ocho años. Me gustan los perros pero no los gatos. Deportes: campo a través, correr y el boxeo. Ambiciones: ser un escritor famoso. No fumo porque causa cáncer de pulmón y huele mal a la mañana siguiente. Bebo razonablemente. Plato favorito: carne con macarrones y queso”.

Nunca había visto tantos tópicos juntos, ni siquiera en series de televisión o cine.


Edward Hopper - Portrait of Orelans (1950)


Al principio de la novela, Quebert avisa a Goldman de que no se vea devorado por su propia ambición escritora al principio de su carrera. Joël Dicker podría seguir este consejo. La verdad sobre el caso Harry Quebert parece abrumada por su propia ambición (casi 700 páginas de libro) y por las constantes referencias a los clásicos americanos. Quizás esto es lo que la ha parado de ser publicada en Estados Unidos, los temas son demasiado familiares, y el paisaje está muy desgastado.

Las investigaciones de Goldman contienen más giros argumentales que el juego del Cluedo, y en el fondo, Quebert permanece en segundo plano, haciendo poco más que crípticos avisos y disertaciones tristes.

Y un tema aparte son los diálogos, algunos no tienen desperdicio, y pueden provocar hasta vergüenza ajena, de la del tipo, "si este es capaz de escribir esto y ser un best seller yo también, mañana me pongo" , una muestra:

–Mamá, no he escrito una sola línea. Si me dejases solo... 
–¿Por qué solo? ¿Te duele la barriga? ¿Tienes que tirarte un pedo? Puedes tirártelo delante de mí, cariño. Soy tu madre».

En fin, sin comentarios.

Dejando el tema de los diálogos a un lado, la novela mejora cuando deja de caracterizar América y se centra en cuestiones sobre los medios de comunicación en Estados Unidos y el sistema judicial desde la perspectiva de un extranjero. También presenta unas reflexiones sobre la presunción de inocencia correctas y bien ejecutadas y cómo las sospechas infundadas pueden producir estragos a través de la prensa.

En su intento por limpiar el nombre de Quebert, Goldman encuentra la verdad sobre el asesinato de Nola, pero también descubre el crimen real de su mentor.

En última instancia, la historia de Dicker trata sobre un escritor que se ve “escrito” por, y para beneficio de otro escritor. Extendiendo la afirmación de Janet Malcom de que todos los periodistas saben que su trabajo es “moralmente indefendible” para incluir no sólo a los escritos de no ficción, sino también a los novelistas. De forma que las dos partes se unen después de completarse el libro de Goldman.




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Vía: book forum

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